miércoles, 11 de diciembre de 2013

Dr. Jekyll y Mr. Hyde, pero lucidez


Pues últimamente voy en plan Dr. Jekyll y Mr. Hyde, que soy incapaz de mantener mis buenos hábitos y aunque sigo comiendo mayoritariamente de manera equilibrada (aunque a mi edad y por mi estilo de vida eso no sea suficiente para perder peso), de vez en cuando se me cruzan los cables y me dejo arrastrar por pulsiones innecesarias. Un buen ejemplo es el menú de ayer y el de hoy. 
Creo que ayer me porté medianamente bien. En la comida:
 Sofreí una cebolla grande, añadí dos zanahorias grandes, pollo, tomate seco, un poco de cúrcuma, un poco de sal y una cerveza. Eso con un poquito de pan, aunque no me terminé el pollo (últimamente la carne en general, el pollo en particular me da un poco de asco).De postre, un yogur de plátano.
Y en la cena:
 Un tomate aliñado con un poco de sal, aceite y cilantro fresco (mmmmmmmm, me encanta el cilantro, ya lo he dicho muchas veces), una loncha de queso gouda y dos lonchitas de salchichón. De postre una ensalada de fruta con una mandarina, un plátano y cinco ciruelas secas.
A mí me parece un buen menú para un día bastante activo.
Sin embargo llega el día de hoy y mi Mr. Hyde se rebela y hace esto:
Una pizza individual 4 quesos y 6 avellanas cubiertas de chocolate!!!! aahhhhhh, pero bueno, nos hemos vuelto locos o qué?? y encima ahora debería estar yéndome a Pilates, pero tengo la pizza en la garganta así que no voy....
Buff, en fin, un fiasco...sin embargo y a pesar de todo esto, hoy quiero hablar de algo que me parece muy importante: el tener lucidez, el no obsesionarse con la comida (tanto si falta como si sobra), el no dejar que sea la comida la que marque nuestros ritmos, en vivir el tema de la nutrición con lucidez y sin perder el norte...
Quiero dedicar esta última parte del post a las personas que sufren o han sufrido alguna enfermedad alimenticia. Primero enviarles toda mi comprensión y mi cariño. Dejé el otro día cierto comentario para que hubiera una reacción determinada, que no sé si conseguí provocar. A ver, yo no he padecido anorexia aunque durante una época estuve muy cerca de caer en ello. De eso hace unos 15 años cuando tenía 25.
En esta foto estoy en Teruel con unos 27 años y con unos 5 kilos recuperados de mi punto más bajo, bueno llegué a pesar 56 (y como medía 1,68, ahora ya me he encogido, estas cosas pasan chicas) cuando siempre fui una chica fuerte, pues era bastante. En fin, que se me veían las costillas, los homoplatos, las clavículas y lo más terrible cuando me miraba en el espejo me seguía viendo gorda. Rocé esa patología de pensar que estar gorda era una gran desgracia. Y esa es la reflexión que querría hacer a todas las personas con trastornos alimenticios. Si a mí alguien ahora, que peso casi 90 me llama gorda, no me sentiré ofendida ni hundida ni asqueada. Ser gorda para mí no es una ofensa ni un insulto, es una apreciación de la realidad: sobrepeso. Una característica más de mi físico, como puede ser mi pelo moreno, mis ojos verdes, mi culo respingón, mi piel blanca. 
Me pregunto qué ocurre dentro de la mente de las personas enfermas para que una simple característica física (y en su caso, imaginada, no real) pueda desmontar como una torre de cartas todo su mundo.
Yo invito a las personas enfermas que cuando tengan ese sentimiento destructivo y despreciativo hacia el sobrepeso se pongan en la piel de una persona obesa. Estoy segura que no la rechazarían por eso, que no la cosificarían en un simple exceso de grasa. Entonces, ¿por qué hacerlo con ellas mismas? ¿dónde está el amor hacia vosotras mismas? una tiene que amarse, mucho, somos una bendición porque estamos vivas, seamos altas, bajas, gordas, delgadas, blancas, negras, jóvenes, viejas, guapas, feas, listas, tontas...seamos cómo seamos tenemos que amarnos. Y eso se consigue especialmente siendo impermeable a los juicios gratuitos de otros y a los nuestros propios.
Claro que yo quisiera volver a comprarme un pantalón de la talla 40 (lo de la talla 34 me parece muy enfermizo y antiestético, claro que sólo es mi opinión), claro que me emociono cuando veo esta foto (aunque el pelo podría habérmelo escalado un poquito, he, he), pero no amo más a esa chica que a la mujer de ahora con su grasa, sus arrugas, su celulitis...
La comida sólo es comida, nosotras somos mucho más, y por supuesto mucho más de lo que el espejo nos refleja o vemos distorsionadamente. 
Bueno, chic@s, perdonadme el momento-nostalgia. Hacía siglos que no miraba estas fotos (de carrete y reveladas en papel, por cierto), pues sí que tendré que ponerme las pilas otra vez, al menos bajar a los 80 kgr. pero ¿sabéis? pienso hacerlo con calma, con alegría y con amor, que como ya dijo alguien en los huesitos ya llegaremos a estar tod@s en la tumba, tranquil@s, que falte mucho para esto. Un abrazo!

10 comentarios:

  1. Eso impulsos tipo Mr. Hyde los hemos tenido todas, no te preocupes; comparto la filosofía de no obsesionarse con la comida: hay qué saber hacer y cómo todo en su justa medida.
    A mi también me gustaría poder entrar en una 40 :P.

    Bss
    http://maviesain.tumblr.com/

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    1. Si no los tuviéramos, seguro que no estaríamos aquí, lo sé, hay que aceptarlo...

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  2. Uff esos cambios me los conozco muy bien jejej, aunque en el momento me causan remordimiento no me obsesiono y se me pasa, porque lo vuelvo a hacer en otro momento, pero aaah como disfruto cuando como algo que normalmente no esta en mi "dieta".
    Estoy de acuerdo con tu reflexion, pero no en lo de las tallas, yo uso unatalla 2 (67 cm de cintura)en usa que equivale mas o menos a la 34-36 que mencionas o eso me parece, corregirme si me equivoco, y no me veo enferma, tampoco me veo gorda ni me siento gorda pero me gustaria perder un par de kilos para que se me notara el abdomen, solo por vanidad y aprovechando que mi edad aun me lo permite (tengo 33), pero si no logro ese abdomn no pasa nada. Tengo muy buena salud, no pesco ni un resfriado desde hace mas de 3 años, hago ejercicio, como saludable y disfruto de todo incluida chatarra cuando la ocasion amerita. Bueno cada quien su apreciacion de belleza, a mi me gusta mi cuerpo delgado y fuerte, esq yo me siento tan bella cuando me veo jaja y con 15 kilos de mas no me odiaba como dicen algunas pero si me sentia incomoda. Y lo de las tallas es relativo porque cambia segun la marca de ropa, el pais etc. A lo q iba q tampoco se puede uno imaginar que alguien con una talla 34 siempre se vera enferma, porq depende de estatura (yo soy muy bajita, 1.56) y el tipo de cuerpo. Bueno esta es mi opinion. Un saludo guapa. Laura

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    1. Pues sí, estoy de acuerdo en todo lo que dices, aunque si yo llevara una talla 34-36 no creo que quisiera perder ningún kilo. Y desde luego hay chicas muy delgadas que no parecen enfermas ni lo están, todo es muy relativo. Un abrazo.

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  3. Me ha encantado tu entrada. Nunca lo he visto desde esa perspectiva. A mí no me desagrada ver a alguien con sobrepeso pero sí pienso que las personas cuando me ven podrían pensar en mí como alguien desagradable. Es muy triste. Pero es cierto. Yo admito que no me gusta lo que veo en el espejo, pero ahora creo que puedo cambiarlo, aunque primero debo aprender a quererme. Si no me quiero ahora tampoco me querré con algún kilo menos, estoy segura. Besos y no te preocues que esos altibajos en la dieta los tenemos todos.

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  4. Muy bien, Matrioska.
    Muy bien que quieras hacer las cosas a tu manera, muy bien que tengas todo tan claro… ¡y qué pinta las avellanas esas :D!
    Eres muy guapa y no recuerdo haber estado tan flaca como tú… si acaso entre los 14 y los 18, me da. La reflexión me parece acertadísima y aplicable a todo el mundo con transtornos. Me consta que ambas apreciamos a Sara y nos preocupamos por ella (muy bien tu última entrada, Sarita).
    Matrioska, me alegro de haberte encontrado por estos lares. Un abrazo y que sepas que cuentas con mi apoyo.

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  5. Esa chica de la foto sigue estando ahí dentro, Matrioska.

    Querernos a nosotras mismas es una de las lecciones que hay que aprender en la vida, cuanto antes mejor.
    No solamente estamos vivas, es que la mayoría de las afortunadas que nos reunimos por aquí estamos sanas.

    Ayer me tragué La Marató de tv3. 15 horas (no todas, me fui a dormir) viendo a personas que luchan día a día por superar las trabas que tienen con sus enfermedades neurodegenerativas. Mi amiga del alma, con 28 años fue diagnosticada de esclerosis múltiple. Ahora tiene 40 y todavía no ha degenerado demasiado. Mi padre murió después de dos años de no saber quién era yo.

    No solamente estoy viva. Estoy sana y soy feliz.
    A veces creo que el hecho de estar gorda o delgada es una idiotez, solamente tengo que ocuparme de mantenerme sana. Y el adelgazar es básicamente por eso: por motivos de salud.

    Sé que tú también te ocupas de tu salud, porque la belleza ya la llevas puesta.
    (Hasta mis arruguitas tienen su aquel... después de todo, forman parte de mis vivencias).

    Un abrazo.

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    1. Pues no lo podrías haber dicho mejor, mi estimada Amelia, la salud ese tiene que ser el objetivo más importante. Un fuerte abrazo!

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