Que llevo unos días sin tiempo, que el sábado me pasé porque tuve cena con amigos, que el domingo me pesé para fragelarme, pero pesaba 100 gramos menos, yuppie!, que mi familia me sigue ofreciendo mayonesa, higos, galletas y helado, que yo resisto, que hoy me he hecho la analítica pero hasta dentro de 10 días no sabré nada, que a penas hago ejercicio estos días, que no os he leído, que a ver cuándo puedo ponerme al día, que estoy sin tiempo...
A veces a la gente de nuestro entorno le cuesta hacerse a la idea de que estamos cambiando nuestros hábitos. Es más fácil cuando colaboran pero, bueno, al menos bajaste un poco de peso y eso siempre anima.
ResponderEliminarYo tampoco tengo tiempo, aunque no lo entiendo, porque los días tienen 24 horas, igual que toda la vida de dios...
ResponderEliminarA lo mejor lo que pasa es que sobran actividades... ja ja ja. Mira que me levanto temprano, eh, pues no me llega el tiempo para nada, qué cruz, por favor...
Perder un poquito después de un desastre culinario es maravilloso, je je je, ¡qué sensación!